Las reclamaciones de deudas siempre son un asunto peliagudo y que puede
resultar incómodo e, incluso, violento. Hoy trataremos sobre cómo reclamar
una deuda a un familiar o amigo y ofreceremos algunos consejos al
respecto.
Existen múltiples tipos de deudas, dependiendo del concepto que las origine.
Pero, cuando se trata de cómo reclamar una deuda a un amigo, la cosa
se complica, independientemente del origen de la misma. Ante todo, nos
encontramos ante el factor emocional, que suele provocar que tardemos
más en dar el paso de iniciar acciones legales para intentar recuperar
nuestro dinero. Es una situación compleja y que, por norma general, suele
ser de pequeños importes que hacen que el acreedor se lo piense dos veces
antes de iniciar las acciones legales correspondientes.
Tabla de Contenidos
La conveniencia de dejarlo todo por escrito
Si ya te encuentras en una situación de impago, puede que el consejo llegue
tarde, pero, al menos, te puede servir si te vuelves a encontrar en una situación similar.
Cuando las deudas vienen derivadas por una venta de productos o
prestación de servicios, es mucho más fácil de documentarla, lo que será de
gran ayuda a la hora de demostrar que existió si el asunto llega a los
tribunales.
Documentar siempre el préstamo
Pero cuando hacemos un préstamo a un familiar o amigo, la situación es muy probable que no quede por escrito. Bien porque se da por hecho que no va a
haber problema a la hora de cobrar, dada la relación entre ambas partes
implicadas, bien porque a veces incluso nos da vergüenza pedir ciertas
cosas por escrito. Además, cuando se trata de préstamos de pequeñas
cantidades de dinero, se suelen hacer en efectivo, con lo que no queda
registro bancario alguno de la transacción.
Al no hacerlo, estamos incurriendo en un grave error, porque todos somos
muy amigos, pero cuando hay dinero de por medio podemos descubrir que la amistad no era tan intensa como creíamos. Quien más quien
menos conoce casos de familias o de amigos con diferencias irreconciliables
a causa de deudas impagadas.
El préstamos siempre mejor por transferencia bancaria
Una manera sencilla de dejar constancia de que existe un préstamo a un
familiar o amigo es hacer la transacción mediante transferencia bancaria o
por Bizum, el método de pago entre particulares instantáneo que ha ganado gran popularidad en los últimos años. Es recomendable que en el concepto puedas poner algo que haga referencia al préstamo en cuestión,
dejando así constancia en un movimiento bancario de lo que está
ocurriendo. Y, para poder rizar un poco más el rizo y cubrirte mejor las
espaldas, puedes mandar un mensaje por correo electrónico, WhatsApp o
cualquier otra aplicación de mensajería instantánea indicando a la persona
receptora que ya se ha hecho la trasferencia del dinero.
De este modo, tendremos documentación suficiente para argumentar que la
deuda efectivamente ha existido en el lamentable caso de que tengamos
que llegar a los tribunales para solicitar su cobro.
Primeros pasos para reclamar una deuda a un amigo
Lógicamente, y más en un caso en el que existe una relación de amistad, lo
primero es intentar la vía del diálogo. Para ello, también recomendamos que
se solicite y argumente todo por escrito, ya que es la mejor manera de dejar
constancia de que se está produciendo el impago y de que hemos
intentado recuperar la deuda de buena fe.
Es normal que la tendencia natural sea pedir que se pague la deuda cara
a cara, pero en este caso debemos de tener la sangre fría suficiente como
para controlar las ganas de hacerlo. De cara a un hipotético
proceso judicial, es importante poder presentar cuantas más pruebas mejor.
El acuerdo extrajudicial de pagos, una opción beneficiosa para
ambas partes
Para que se pueda llegar a un acuerdo extrajudicial de pagos, la parte deudora tiene que reconocer la
deuda y estar dispuesta a abonarla. Este caso se suele dar cuando existe la
voluntad de pagar, pero no se puede afrontar el pago en su totalidad.
Dada la situación, lo ideal es que deudor y acreedor se sienten a negociar,
ambos con flexibilidad y voluntad de diálogo, y se llegue a un acuerdo para
pagar la deuda de manera fraccionada, con un plan de pagos realista.

¿Qué pasa si no se llega a un acuerdo extrajudicial?
Llegados a este punto, por mucho que se trate de la deuda de un amigo o familiar, poco más se puede hacer aparte de iniciar acciones legales. Las dudas al respecto son muchas, como es lógico. Nuestro consejo es que
siempre acudas a los expertos en la materia, ya que están al día con la
normativa legal al respecto, además de acostumbrados a enfrentarse a este
tipo de situaciones en su día a día. Lo que para ti puede resultar un
completo laberinto judicial, para ello es rutina, con lo que pueden asesorarte
y guiarte durante todo el proceso sin problema.
La acción legal más más frecuente para la recuperación de este tipo de deuda es iniciar un proceso monitorio. Este procedimiento judicial es relativamente rápido y sencillo y se puede iniciar
independientemente de la cantidad adeudada. El primer paso es demostrar que existe la deuda. Como hemos indicado,
tener las cosas por escrito es de gran utilidad en estos casos. Es importante
que en todos los documentos o pruebas que se aporten se pueden
identificar a las dos partes implicadas y la cantidad adeudada. Si no existen
justificantes por escrito, como documentos de trasferencias o pagarés,
también se puede optar por tirar de testigos si los hubiera, aunque no
siempre los hay ni están dispuestos a colaborar.
¿Qué ocurre tras el juicio monitorio?
Pueden darse tres circunstancias: que el deudor acepte el pago, con lo que
el proceso se da por finalizado; que el deudor no responda a las
notificaciones judiciales, con lo que se sobreentiende que acepta el contenido del proceso; y por último, la peor opción para el acreedor: que se
el moroso se niegue a pagar la deuda de manera explícita.
En este último caso, solo queda iniciar un nuevo proceso judicial, que
conlleva la celebración de un juicio normal. Habría que volver a iniciar el
proceso, con la consiguiente demora de tiempo.
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